Mª Magdalena, Mª Salomé y Mª Cleofás
María de Cleofás aparece arrodillada frente a la Cruz sosteniendo la Sábana Santa junto a María de Salomé que aparece de pie junto a San Juan Evangelista con la mirada fijada en el cuerpo inerte del Señor.
José de Arimatea y Nicodemo (Santos Varones)
En 2010, se bendicen las imagenes de los Santos Varones: José de Arimatea y Nicodemo, realizados por Alfonso Castellano y que aparecen ambos subidos en las escaleras para descender el cuerpo del Señor, mientras Nicodemo sujeta el sudario, Arimatea sostiene las tenazas para liberar del clavo la mano izquierda del Señor.
Ambas imágenes vienen a sustituir las realizadas por el imaginero, también cordobés, Miguel Ángel González Jurado, y realizadas en 1994. El elevado peso de las figuras, más de 200 Kg. entre las dos al ser macizas, las considerada desproporción respecto al Titular que hacía que este quedara en un segundo plano respecto a las figuras de los Santos Varones y, sobre todo, el hecho de que la Imagen Titular estaba empezando a sufrir las consecuencias de estos hechos, hace a la Junta de Gobierno tomar la decisión de sustituirlos por otros de nueva factura tras evaluar las demás opciones para solucionar el problema y habiendo sido este hecho aprobado previamente por el Cabildo de Hermanos.
Las nuevas imágenes de los Santos Varones de Alfonso Castellano, mantienen la misma iconografía de los de González Jurado. Las dos figuras están talladas en madera de cedro en cabeza, pies y manos, mientras el cuerpo ha sido realizado en un material de poco peso como es la fibra de carbono. El anclaje de ambas figuras caerá en esta ocasión, solo y exclusivamente, sobre las escaleras. De esta forma se soluciona el problema anteriormente comentado.
San José de Arimatea aparece con larga barba grisácea, cráneo liso y expresión contenida frente a la mayor teatralidad de Nicodemo, de barba corta y espeso cabello negro alborotado por el viento. Finalmente, aunque recreados como hombres maduros, sobre todo el primero, poseen rostros menos curtidos que los de sus bocetos.
Por la mejilla izquierda de Nicodemo resbala una lágrima como signo de aflicción ante la tortura física y moral padecida por Cristo, cuyo cadáver ayuda ahora a descender del madero. Al igual que el tío-abuelo de Jesús, muestra los ojos rasgados y tumefactos, rasgos afilados y labios dialogantes con ambas coronas dentarias talladas.