El Descendimiento abre un comedor social para los niños del Sector Sur

El Día de Córdoba – Javier Sánchez 10 Julio, 2019

Foto: Laura Martín

La temporada estival es una buena época para los proyectos sociales y Córdoba ha demostrado en muchas ocasiones ser una ciudad solidaria. Con la llegada de las vacaciones de verano, la Hermandad del Descendimiento ha presentado, como novedad, un comedor social para los niños del barrio del Sector Sur, junto a Cáritas.

La Hermandad ha puesto en marcha por primera vez esta labor solidaria a coste cero y que tiene como único objetivo ayudar a las familias cordobesas. El hermano mayor del Descendimiento, Manuel Aguilera, ha explicado a el Día que la idea surge porque “los comedores de los colegios cierran en verano”, y de esta forma, “aseguramos la comida de cada día de estos jóvenes”.

El Centro de Participación Activa de Córdoba II Sector Sur, de la avenida de Cádiz, ha prestado su cocina y comedor para acoger a los niños, donde se les ofrece un almuerzo con dos platos y el postre. Por otro lado, con la colaboración del grupo empresarial GECI, se entregan unas bolsas con zumos, batidos, bollería y fruta, “así los niños pueden disfrutar de la merienda en su casa”, ha comentado Aguilera.

La selección de este centro para llevar a cabo el proyecto se debe a que “de esta forma se cumplen todas las leyes sanitarias de los alimentos y se asegura un almuerzo sano”, ha aclarado.

Respecto a los niños, Aguilera ha apuntado que, “en un principio, el proyecto estaba preparado para unos 20”, finalmente son seis niños, de entre 6 y 14 años. Esto se debe a que algunos de los niños se encuentran en los campamentos organizados por Cáritas. Por esta razón, la inscripción continúa abierta con el fin de que otros niños puedan para disfrutar de esta actividad hasta llenar el cupo.

En grupos de cuatro voluntarios se turnan todos los días para acompañar a los niños

En el mismo sentido, el comedor, en un primer momento, estaba planeado para los meses de verano. No obstante, la hermandad plantea ampliar unas semanas más en septiembre, hasta el regreso de los colegios. El proyecto cuenta con 20 voluntarios y hermanos del Descendimiento. “Entre la Junta de Gobierno y la Junta Joven nos rotamos cada día”, ha comentado Aguilera. Cada día, unas cuatro personas se acercan al comedor para “acompañar a los niños, ayudarles a comer y estar con ellos un rato”.

Aguilera ha añadido que “está siendo una gran experiencia”. En este sentido, ha reconocido que han surgido nuevas ideas para hacer más cosas, como “irnos al cine con los pequeños, otro día ir a la piscina” y otras actividades no planteadas en un principio.

Las familias, Cáritas y la hermandad. “Todos estamos muy contentos”. Además, “ya nos conocíamos de otras actividades que organizamos”, ha agregado.

Esta actividad no es inusual en la hermandad. La colaboración con Cáritas es continua todo el año. Aguilera ha recordado que “entregamos material escolar en septiembre” y, en Navidad, “organizamos otro tipo de actividades solidarias”, como una cabalgata de alimentos y, para el día de Reyes, “compramos juguetes a los niños”, con la colaboración de GECI.

Para la financiación de este proyecto de verano se llevó a cabo un ensayo solidario de carnaval en febrero, en el que participaron las agrupaciones carnavalescas de Córdoba. Con lo recaudado se ha conseguido todo esto.

La salvación del Viernes Santo

El Día de Córdoba – Lourdes Chaparro – 20 Abril, 2019

Tarde de juntas de gobierno. Tarde de cabildos de agua. Tarde, la del Viernes Santo con un sol intenso, pero también con lluvia amenazante. Tarde y noches de turnos de vela, de llanto, incredulidad y asombro.

Tras la fallida jornada del Jueves Santo, tres hermandades de las cinco del Viernes Santo también han decidido no realizar sus respectivas estaciones de penitencia. Sin embargo, eso no ha sido óbice para que los centenares de personas que se han apostado a las puertas de las sedes canónicas de La Soledad, La Expiración y Los Dolores -que decidieron no salir por temor a la lluvia- pudieran ver y rezar ante los titulares de estas cofradías.

El vía crucis se ha podido celebrar sin ningún tipo de incidencias y, además, ha contado con la asistencia de un más que elevado número de personas que estaban ansiosas de ver procesiones.

Tras este vía crucis era el turno vespertino de las hermandades del Viernes Santo. En un principio, nada hacía presagiar que finalmente las tres citadas cofradías tomarían la decisión de no salir. El sol del Viernes Santo ha engañado a muchos, pero no a los que han tomado la determinación de procesionar.

La Soledad

En la calle Agustín Moreno el silencio entre la bulla no ha aparecido hasta que la hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de la Santa Cruz en el Monte Calvario y María Santísima en su Soledad ha adoptado su decisión, que llegó después de pedir media hora de prórroga. Sin embargo, las malas previsiones meteorológicas de las que han dispuesto les han llevado a decidir no salir.

A pesar de ello, la cofradía abrió las puertas del templo de Santiago para que los fieles pudieran contemplar a la Virgen de la Soledad.

La Expiración

Justo en frente del Ayuntamiento, centenares de personas han esperado durante buena parte tarde hasta conocer, lamentablemente, que la Hermandad de la Expiración tampoco iba a hacer estación de penitencia el Viernes Santo.

Tras dar a conocer la decisión, la cofradía ha organizado en el interior de San Pablo el rezo del vía crucis para sus hermanos -su número de nazarenos es de 285- y, posteriormente, ha abierto las puertas para el público entre las 20:00 y las 21:30 para contemplar el paso del Santísimo Cristo de la Expiración y el de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos.

Los Dolores

En la plaza de Capuchinos y en la iglesia de San Jacinto nadie quería que se repitiera la historia del año pasado a cuenta de la lluvia. Sin embargo, de nuevo los presagios se han cumplido y la inestabilidad meteorológica ha motivado que Los Dolores tampoco hiciera su estación de penitencia.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en Capuchinos, dada la devoción que Córdoba siente por su Señora, pero también por el Cristo de la Clemencia.

Por ello, la hermandad servita ha decidido abrir el espacio anexo a la iglesia en el que se encuentran sus titulares para que el público pudiera contemplar a la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Clemencia.

El Descendimiento

Fue la primera de las hermandades en tomar la decisión contraria a las tres primeras y ha decidido salir en procesión desde el Campo de la Verdad. Un hecho que hizo que la Córdoba sedienta de ver pasos y desfiles procesionales se alejaran de la zona centro de la capital para ver la salida desde la parroquia de San José y Espíritu Santo y observar el paso de esta valiente cofradía por el Puente Romano.

La hermandad, fundada en 1937, sacó a sus dos pasos a la calle -el Cristo del Descendimiento y Nuestra Señora del Buen Fin- con el aplauso y el reconocimiento de los fieles y fue la primera en entrar en una carrera oficial deslucida en un Viernes Santo aciago.

El Santo Sepulcro

Desde la Compañía y, tras haber pedido media hora de prórroga a la Agrupación de Hermandades y Cofradías, la hermandad del Santo Sepulcro fue la segunda y última de las corporaciones que  hicieron estación de penitencia en la capital.

Bajo las órdenes del capataz Luis Miguel Carrión, la salida del paso de Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro llenó el entorno de la Compañía, pero también su paso hasta la carrera oficial, acompañado por sus más de 200 nazarenos de túnica de cola y cubrerrostro negro y por Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad.

Pasión y orgullo de barrio

Cientos de vecinos de El Campo de la Verdad se dan cita en San José y Espíritu Santo para arropar a su hermandad.

P. HINOJOSA | 04.04.2015

vs15-diacordobaAlrededor de las 17:30 el entorno de la Mezquita-Catedral y de la Ribera -lugar de paso para los que van desde el Centro al barrio del Campo de la Verdad- se encuentra aún más abarrotado que de costumbre. Los encantos de la Semana Santa y el puente festivo han atraído a una cantidad ingente de personas y muchas de ellas pasean mientras tratan de captar con sus dispositivos electrónicos todos los detalles de este emblemático lugar. Varios guías turísticos se encargan de que el viajero conozca los recovecos de la Judería, algún que otro músico a pie de calle se intenta ganar la vida interpretando varias piezas junto a la Puerta del Puente -y confiere de esta forma un matiz bohemio al paseo-, una pareja se hace un selfie con los Sotos de la Albolafia como fondo paisajístico y otra, por cuyo acento debe vivir por encima de Despeñaperros, traza sobre un mapa de la capital los lugares ideales para ver las procesiones de este Viernes Santo.
Mientras todo este ocurre, a la otra orilla del Guadalquivir hay un barrio que ha paralizado sus actividades cotidianas y se ha volcado a la calle en una manifestación conjunta de devoción, religiosidad, cultura y tradición. Esperan a su Cristo -ya muerto- y a su Virgen. Los vecinos aguardan a la última cofradía que saldrá en esta Semana Santa de la otra vera del río. El Campo de la Verdad, aquel antiguo arrabal, espera impaciente. Luce brillante y bullicioso, con vida propia.

Son las 18:00 y con la más absoluta puntualidad se abren las puertas de la parroquia de San José y Espíritu Santo y la cofradía planta su cruz de guía en el paseo Cristo del Descendimiento, como ya lo hizo el pasado Lunes Santo la hermandad de la Vera Cruz, con la que comparte sede canónica. Los penitentes que tienen previsto salir detrás del paso se apartan para dejar paso al cortejo, la banda de música espera junto a la pared de la iglesia, algunos de los nazarenos saludan a los vecinos y los padres se preocupan para que a las esclavinas no les falta de nada en las casi ocho horas de recorrido que tienen por delante. Pasados diez minutos de las seis, el dorado misterio del Cristo del Descendimiento se descubre ante la multitud. Tras la primera revirá, y antes de la primera levantá, uno de los vecinos regala desde un balcón situado junto al templo una saeta que consigue interrumpir todas las conversaciones. Suena la primera marcha y el paso es lento. El barrio no pierde detalle de cada una de las figuras que componen el misterio. A los diez minutos, el palio de Nuestra Señora del Buen Fin, bajo el acompañamiento musical de María Santísima de la Esperanza de Córdoba, baja la cuesta del Paseo del Descendimiento para dirigirse al Puente Romano. Allí, el cortejo, escoltado por la Calahorra, recibe el cariño de una multitud. A la cofradía aún le quedan por delante más de siete horas para mostrar a Córdoba el orgullo y la pasión de su barrio.

Otra tarde triste en el Campo de la Verdad

Á. R. | Redacción

vs2013_2TAMPOCO fue ayer una tarde de celebración en el Campo de la Verdad. Y van ya tres años consecutivos que la hermandad del Descendimiento se queda en casa, tantos como José Enrique Domenech ocupa el cargo de hermano mayor. «Nunca había pasado esto en la historia de la cofradía», se justificaba minutos pasadas las 18:00, cabizbajo, ante los 300 penitentes que alumbran al Santísimo Cristo del Descendimiento y a Nuestra Señora del Buen Fin. «Está claro que no es culpa del hermano mayor», respondía instantes después el consiliario de la hermandad, Pedro Soldado, ante el mismo auditorio.

Hay niños que en el Descendimiento han agotado su edad como esclavinas sin poder desfilar, y costaleros que ven pasar los años sin ponerse bajo los pasos. «Son los designios del Señor», animaba Soldado, mientras que el hermano mayor habló de hacer un «trabajo psicológico» para todos estos damnificados. Lo cierto es que los estrenos se acumulan sin salir: hay estandartes que no han pisado la calle desde que se realizaron hace tres años. Y la túnica de María Magdalena, confeccionada en los propios talleres de la cofradía y que se estrenaba ayer, tendrá que esperar para otro viernes mejor.

vs2013No pilló por sorpresa en la parroquia de San José y Espíritu Santo la cancelación de la estación de penitencia, sobre todo teniendo en cuenta que los Dolores y la Soledad ya habían suspendido. «Es imposible en estas condiciones. Tenemos un patrimonio artístico muy importante, y sobre todo hay que cuidar del patrimonio humano, que es lo mejor que tenemos», dijo Domenech a los hermanos. Más que lágrimas y lloros causados por una decisión sorprendente, la decisión de la junta de gobierno se vivió entre los cofrades del Campo de la Verdad con resignación. «Era previsible, desde aquí no se ve ni la Catedral», decía un penitente desde lo alto de la escalinata de la parroquia. «No nos podemos arriesgar tanto», zanjó.

El anexo a la parroquia donde se guardan los pasos abrió a las 18:30 y permaneció de par en par hasta las 22:30; los hermanos que quisieron alumbrar a sus titulares tuvieron la oportunidad de hacerlo gracias al turno de vela que se organizó. Pero, antes, hubo momento para la reflexión y la penitencia porque, como dijo el consiliario, no salir es «más estación de penitencia». «Como todos los viernes santos, estamos en Viernes Santo», reflexionó Soldado, quien animó a «dar un ejemplo de serenidad y tranquilidad». «La ventaja es que tendremos agua en los pantanos para más tiempo», bromeó el párroco. Las mantillas no tuvieron más remedio que lucir sus vestidos de luto bajo los paraguas, al igual que los nazarenos, los costaleros y los músicos de la banda. Otra tarde de Viernes Santo también en blanco en la orilla sur del Guadalquivir.

No entraba en el guión

vs12_diaUna tromba de lluvia sorprende a la cofradía de los Dolores en su camino hacia la Catedral y el resto de hermandades suspenden su estación de penitencia – EL DÍA DE CÓRDOBA
Rafael C. Mendoza – Redacción

SENCILLAMENTE no entraba en el guión del Viernes Santo. Nadie podía imaginarse a la Virgen de los Dolores, cobijada bajo un enorme plástico, llegando con paso largo y sones de granadera hacia la Catedral. Es ésta una imagen poco habitual porque esta cofradía se caracteriza precisamente por la firmeza y cordura a la hora de tomar las decisiones, sobre todo cuando se maneja un riesgo de lluvia. Fue la única que decidió celebrar su cortejo procesional en un día de pronóstico meteorológico muy incierto, una jornada de previsión cambiante que apuntaba «lluvia débil y dispersa» en el peor de los escenarios. Y una vez más, la enésima en lo que va de Semana Santa, el parte meteorológico volvió a fallar de manera estrepitosa, ésta vez muy desfavorablemente para una hermandad. Cayó abundante agua y de forma persistente. Las precipitaciones se cebaron con las cofradías de la capital cordobesa, que, a excepción de la citada de los Dolores, decidieron suspender los cortejos.

Una tarde-noche atípica de Viernes Santo en todo caso y bastante convulsa. Empezó como cualquier otra en la que existe un cierto riesgo de agua, es decir, mirando todo portal de previsiones meteorológicas que se precie y llamando a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para tratar de actualizar el porcentaje de probabilidad de precipitaciones y aportar algo nuevo. La realidad dejaba dos Córdobas diferentes, la que vivía los últimos momentos antes de la estación de penitencia y la del resto de ciudadanos que van de un lado a otro en busca de ese instante cofrade. Los primeros discernían en la más absoluta intimidad y los segundos prácticamente daban la jornada por perdida.

La sorpresa saltó, sin embargo, a las 16:30 en punto cuando la iglesia de los Dolores abrió sus puertas para que arrancara el cortejo procesional. La cruz de guía se puso en la calle contra todo pronóstico, tanto que la plaza de Capuchinos no bullía como en anteriores años. Fue a raíz de esta decisión -inesperada para una mayoría- cuando la gente fue acudiendo en masa hacia la también llamada plaza del Cristo de los Faroles hasta el punto de llenar este punto y tener que valerse del entorno más inmediato para coger un lugar de privilegio. Aún así, el número de fieles no fue el de años anteriores. Cosas del tiempo.

Por momentos parecía que el Viernes Santo se había salvado, sobre todo si se tomaba como referencia la intensidad de los rayos solares que iluminaba el cortejo de los Dolores a su paso por la calle Torres Cabrera. Aunque hacía frío -mucho-, había más sol que nubes en los alrededores de Capuchinos y las críticas en torno a la salida procesional de los Dolores se fueron diluyendo como un azucarillo en el café. La normalidad vivida en la primera media hora de procesiones del Viernes Santo dio paso a los fotógrafos, profesionales o no, que empezaron a buscar la mejor perspectiva para sus instantáneas, y la bulla, el mejor síntoma de que la Semana Santa discurre como debe hacerlo.

El transcurso de la jornada cambió de manera radical pasadas las 17:30 cuando el sol se alejó y el cielo quedó cubierto por nubes, y más todavía en torno a las 18:00, la hora en la que empezó a llover. En ese preciso instante, los Dolores era la única que se encontraba en la calle, en concreto entre Conde y Luque y Jesús y María. El resto se estaban preparando para hacerlo, con la información de que la cofradía servita había decidido celebrar su estación depenitencia. Los componentes de la Hermandad de los Dolores trabajaron de manera organizada para proteger a los titulares, un trabajo que lograron en sólo unos minutos.

La decisión del resto de juntas de gobierno parecía ahora más claro a tenor de lo que estaba sucediendo entre las calles Jesús y María y Conde y Luque. La Soledad fue la única que tuvo claro que no iba a salir, aunque no fue oficial hasta las citadas 18:00, un cuarto de hora antes del inicio previsto para la estación de penitencia. Las otras cofradías, el Descendimiento, el Santo Sepulcro y la Expiración, pidieron una primera prórroga de media hora por si aclaraba, pero viendo que la evolución del tiempo no les era favorable optaron por la vía de la suspensión de la procesión.

La lluvia dejó, en cualquier caso, una ciudad sin Semana Santa y preocupada por los posibles daños sufridos en la procesión de los Dolores. El mero hecho de que la cofradía servita anunciara que el domingo -mañana- celebrará el traslado a la iglesia del Hospital de San Jacinto llevó a pensar que la hermandad no había sufrido destrozo alguno. Y así lo dieron a conocer los propio integrantes de la junta de gobierno de esta hermandad.

El Descendimiento culmina los actos de su aniversario

dia_2012_clip_image001_0000Sólo resta por celebrar en junio un rosario vespertino con la imagen de Nuestra Señora del Buen Fin que discurrirá desde la parroquia de San José hasta la Catedral
J. C. Redacción

La Hermandad del Descendimiento llegará esta semana al final de los actos programados para esta Cuaresma con motivo del 75 aniversario fundacional de la cofradía. Sólo faltará el rosario vespertino que tendrá lugar en junio y que cruzará el Puente Romano para llegar a la Catedral.

Para este viernes está prevista la celebración de una misa que se ofrecerá por todos los hermanos difuntos de la cofradía y que estará seguida del pregón de esta celebración que correrá a cargo del teniente de alcalde de Urbanismo, Luis Martín, veterano miembro de esta cofradía del Campo de la Verdad. El acto contará con la intervención de saeteros del barrio y de la actuación de la banda de cornetas y tambores de Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la Fuensanta. A continuación se procederá al traslado de las imágenes titulares en Vía Crucis hasta la casa de hermandad.

El único acto que resta al programa elaborado por esta hermandad es la celebración de un rosario vespertino con la imagen de Nuestra Señora del Buen Fin, que se celebrará el 16 de junio. El cortejo partirá a las 18:30 de la parroquia de San José y Espíritu Santo para llegar a la Catedral, donde a las 20:00 se oficiará una misa de acción de gracias a cargo del vicario general de la Diócesis, Francisco Orozco.

El grueso de los actos ha tenido lugar en la presente Cuaresma. En febrero se celebró una exposición de fotografías y enseres de esta cofradía del Viernes Santo. Un ciclo de conferencias se encargó de ahondar en determinados aspectos tanto de la historia como de otros asuntos relacionados con la hermandad. Así, el historiador y miembro de la hermandad Pedro Pablo Herrera habló sobre el devenir de esta corporación en estos 75 años, mientras que el catedrático de Historia del Arte de la UCO Alberto Villar disertó sobre la iconografía del descendimiento. El ciclo lo cerró el carmelita descalzo fray Juan Dobado sobre la religiosidad en el mundo de las cofradías.

Para hacer partícipes al resto de hermandades de este aniversario, la imagen del Cristo del Descendimiento fue la elegida para presidir el Vía Crucis que anualmente organiza la Agrupación de Cofradías en el primer sábado de Cuaresma. Con posterioridad, se celebró el quinario con la presencia de cinco sacerdotes vinculados con esta corporación nazarena y los cultos se cerraron con la fiesta de regla que fue presidida por el obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández.

Otro de los actos organizados por la Hermandad del Descendimiento para celebrar su aniversario fundacional fue un certamen de bandas que tuvo lugar el pasado 19 de febrero en la antigua Caseta del Círculo de la Amistad.

La antesla de la Semana Santa

El Cristo del Descendimiento, titular de la hermandad del mismo nombre, preside el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías, al cumplirse los 75 años de su fundación
L. Chaparro – El Día de Córdoba

Ese olor a incienso que una vez al año inunda las calles de los barrios cofrades y de la zona Centro de la capita. Ese rastro de cera que dejan las velas sobre la acera y que sólo elimina el sol. Ese ambiente a Semana Santa se vivió ayer durante unas horas con la celebración del tradicional Vía Crucis que cada año organiza la Agrupación de Hermandades y Cofradías. En esta ocasión, el gran preludio de la Semana de Pasión se vivió en el entorno del Campo de la Verdad, el Puente Romano y, de manera evidente, en la Mezquita-Catedral.

Este año, la encargada de abrir el cortejo fue la hermandad del Descendimiento, ya que cumple los 75 años de su fundación. De manera puntual, el vía crucis salió a las 17:00 de la parroquia de San José y Espíritu Santo, donde aguardaba un elevado número de fieles que querían ver al Señor del Campo de la Verdad salir en procesión en parihuela, cedida por la cofradía de la Virgen de Los Dolores para la ocasión. En este preludio de la Semana Santa, la cruz de guía del Descendimiento fue abriéndose paso entre los fieles hasta llegar a la Torre de la Calahorra y atravesó el Puente Romano, donde deslumbró a los turistas que a esa misma hora de la tarde paseaban por él.

Aunque cada hermandad organiza un vía crucis durante la Cuaresma, el de ayer representa el punto de inicio de la cuenta atarás hacia la Semana Santa. En él, participaron las 14 hermandades de penitencia, además de las de gloria, que fueron las encargadas de abrir el cortejo tras la cruz de guía. El presidente de la Gerencia de Urbanismo, Luis Martín, y el edil de Fiestas y Medio Ambiente, Rafael Jaén, participaron en el vía crucis, al que tampoco faltó el presidente de la Agrupación de Cofradías, Juan Villalba.

El desfile procesional llegó a la Mezquita-Catedral apenas pasadas las 18:00. En el interior del templo más importante de la Diócesis se dio lectura a tres estaciones del Vía Crucis. Tras ellas, el vía crucis deshizo el camino andado y regresó hasta la parroquia de San José y Espíritu Santo, donde se celebró una misa, que presidió el consiliario de la hermandad, Pedro Soldado.

El Descendimiento preside el sábado el Vía Crucis de las hermandades

El Cristo de la parroquia de San José y Espíritu Santo irá sobre una parihuela cedida por los Dolores, que se encargará de la lectura de una de las estaciones del acto
R. C. M. | Redacción

El Cristo del Descendimiento será el titular que presidirá este sábado el Vía Crucis de la Agrupación de Hermandades y que sirve cada año de apertura a los actos cuaresmales del colectivo cofrade de la capital. El acto piadoso se iniciará a las 17:00 en la parroquia de San José y Espíritu Santo y está previsto que llegue a la Catedral a las 18:00, donde se dará lectura a tres de las estaciones del Vía Crucis, para salir del primer templo de la Diócesis a las 19:00. La elección de este crucificado es la respuesta del colectivo que preside Juan Villalba a la solicitud realizada por la hermandad en 2009 que le rinde con motivo de la celebración del 75 aniversario fundacional, que se cumple en el presente ejercicio y para el que la corporación ha preparado un nutrido programa de actos. Para el desarrollo del Vía Crucis, que concluirá a las 20:00 con una misa en su templo, el Descendimiento contará con la participación del resto de cofradías que celebran su estación de penitencia el Viernes Santo -Dolores, Soledad, Expiración y Santo Sepulcro- y las hermandades del Campo de la Verdad -Vera Cruz, con la que además comparte sede canónica, y el Cristo del Amor-. Sus representantes leerán una estación. El hermano mayor del Descendimiento, José Enrique Domenech, aludió también al protagonismo de la Misericordia, que leerá la estación al paso por el monumento a San Acisclo y Santa Victoria del Puente Romano. En cuanto al acompañamiento musical, correrá a cargo del quinteto de viento de la Banda de la Esperanza. Tras el Vía Crucis, el Descendimiento continuará con los actos conmemorativos del 75 aniversario fundacional. Así, entre el 27 de febrero (lunes de la próxima semana) y el 2 de marzo (viernes) celebrará el quinario en honor al titular. Las misas, que tendrán lugar a las 19:30 en San José y Espíritu Santo, serán oficiadas por los sacerdotes fray Ricardo de Córdoba, Ángel Urbano, Marcelino Priego, Antonio Reyes y Pedro Soldado. La función principal será el 3 de marzo (sábado) también a las 19:30 y será oficiada por el obispo, monseñor Demetrio Fernández.

LA SUERTE YA ESTABA ECHADA

vs2013_2Las precipitaciones continuas impiden la salida de las hermandades del Jueves y el Viernes en toda la provincia.
Á. R. / L. Ch. / R. C. M. – Redacción

En Semana Santa hay otro reloj que funciona en paralelo al convencional y que en años como éste adquiere incluso más protagonismo y es hasta más consultado. Se trata del reloj meteorológico, ése que detalla la previsión meteorológica por tramos horarios, que indica la cantidad de agua que puede caer en determinados momentos de la jornada y que, por tanto, puede llegar a desaconsejar la salida de una procesión a la calle. En el caso del Viernes Santo su protagonismo resultó crucial y puso de manifiesto muy a las claras que la suerte estaba ya echada no sólo un día antes, sino desde hacía una semana, cuando los principales servicios meteorológicos venían arrojando un inamovible riesgo de precipitaciones del 100%.

Con porcentajes como éste, las juntas de gobierno de las cinco hermandades que ayer tenían prevista la celebración de su estación de penitencia -Soledad, Expiración, Descendimiento, Dolores y Santo Sepulcro- contactaron con servicios como el de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)o el portal de José Antonio Maldonado (el tiempo.es) casi para cumplir el trámite. Sabían con absoluta certeza que llovería durante toda la tarde-noche y que cabía la posibilidad de algún que otro chaparrón. Además, la suspensión de la Madrugada sevillana y los aguaceros de la provincia de Cádiz daban poco margen a la esperanza. Hubo sólo una cofradía, la del Descendimiento, que se dio esa media hora en busca de una tregua, pero todo quedó en un intento con poco fundamento que sólo sirvió para que centenares de fieles se agolparan a las puertas de la parroquia de San José y Espíritu Santo en espera de una «buena noticia» por parte de esta hermandad.

Una vez suspendida la jornada del Viernes Santo al completo, una suerte que se certificó pasadas las 19:30 tras la negativa de la Expiración, las procesiones dejaron paso a esos momentos de íntima oración que suelen registrarse en días como éstos, gestos resignados sobre todo por parte de los integrantes de las cuadrillas de costaleros y visitas masivas a las sedes canónicas de las cofradías, abiertas en líneas generales apenas una media hora después de aprobarse la suspensión de la estación de penitencia.

La Soledad

La Franciscana Hermandad de la Santa Cruz en el Monte Calvario y María Santísima en su Soledad tampoco se tuvo que pensar mucho su salida en procesión. Los aguaceros intermitentes desde el mediodía hicieron que la junta de gobierno ni siquiera se planteara solicitar una prórroga. «Es una pena no poder disfrutar del trabajo de todo un año, es un día fastidioso», se lamentó el hermano mayor de la cofradía, Francisco López. Pese al mal tiempo, decenas de devotos se agolparon ante la austera fachada de la parroquia de Santiago para acompañar a la Soledad.

La imagen fue llevada al centro de la iglesia, que permaneció abierta hasta las 23:00, hora en que se preveía el fin del desfile. Los penitentes alumbraron a su titular por turnos durante toda la estación de penitencia. El trasiego de devotos fue continuo durante toda la tarde, pues aunque el mal tiempo impidió que hubiera procesiones, las nubes no barrieron las ganas de Semana Santa y los vecinos del barrio de Santiago se volcaron con su hermandad.

La Expiración

Una multitud se agolpaba en Capitulares a las 19:30, hora en que La Expiración debía iniciar su estación de penitencia. Pero los paraguas abiertos auguraban que la última procesión de la tarde tampoco iba a salir. Los pasos del Cristo de la Expiración y de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos fueron puestos con la candelería iluminada a las puertas de San Pablo, donde los devotos pudieron visitarlos. Antes, los hermanos celebraron el rezo del rosario, que en esta ocasión estuvo dedicado a los enfermos de cáncer. En el acto, de hecho, participó la presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), María Luisa Cobos, y la vela más próxima a la Virgen llevaba impresa unas palabras de esperanza para quienes sufren esta enfermedad. Como curiosidades, el palio sólo lució como exornos flores claveles blancos, debido a la imposibilidad de encontrar azahar, como es tradicional. También sorprendieron las calas negras del paso del Cristo.

Descendimiento

La cofradía radicada en la parroquia de San José y Espíritu Santo, en el Campo de la Verdad, disponía de una hora para decidir si suspendía o no su procesión, pero sólo llegó a agotar 30 minutos, un tiempo más que suficiente para que los centenares de fieles que se acercaron a esta iglesia se empaparan por la notable mojada que se registraba a esas horas en la ciudad. Durante esa media hora cundían los más variados rumores por los aledaños de la plaza de San Teresa, donde todos buscaban refugio allá donde podían. Algunos costaleros comentaban entre ellos que la cofradía había decidido darse un margen mayor porque la última previsión que les llegó arrojaba un escaso riesgo de precipitaciones entre las 19:00 y las 02:00, momento en el que la cofradía debía estar en el interior del templo. Afortunadamente no salió porque en ese intervalo llegó a llover de manera bastante intensa.

Los Dolores

La lluvia también sucumbió en Capuchinos y la Señora de Córdoba se quedó sin salir; la última vez que ocurrió fue en 2007. La hermandad de Los Dolores decidió quedarse en la iglesia de San Jacinto a la misma hora que tenía previsto salir. La decisión fue aplaudida en el interior del templo, mientras que en la plaza de Capuchinos el gentío esperaba bajo los paraguas. La cofradía tomó la decisión correcta y con una gran serenidad. Tras tomar la decisión, la hermandad servita rezó la Coronada Dolorosa y a su término el cerca de medio millar de nazarenos fueron pasando por secciones al recinto donde aguardaban el Santísimo Cristo de la Clemencia y la Virgen de Los Dolores. En el interior del local el silencio y la solemnidad de los nazarenos de luto estuvieron más que presentes durante todo el tiempo que fueron pasando. Mucho más, cuando las dos bandas que iban a acompañar a los titulares -la agrupación musical de Nuestro Padre Jesús de la Redención y la banda de música de la Archicofradía de la Expiración, de Málaga- tocaron varias marchas. La hermandad abrió las puertas a los cordobeses una vez que pasaron todos los nazarenos para dejar ver a la Señora de Córdoba y al Cristo de la Clemencia.

Santo Sepulcro

Tampoco salió el Santo Sepulcro. El riesgo de lluvia era más que elevado para poner en la calle a los titulares de la hermandad. La decisión sorprendió a las cientos de personas que esperaban en la plaza de la Compañía sobre las 19:00 para contemplar el paso de Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro y Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad.

Con ganas de procesiones, la multitud aguardó con paciencia la más de hora y media que tardó la cofradía en abrir las puertas del templo para poder ver los dos pasos y contemplar el nuevo ropón de muñidor que iba a presentar la hermandad. Y es que, la cofradía celebró un vía crucis en el interior de la parroquia a puerta cerrada y hasta las 20:30 no se pudo entrar.

EL DESCENDIMIENTO PASARÁ POR MIRAFLORES A PESAR DE PODER PASAR POR EL PUENTE ROMANO

La cofradía del Campo de la Verdad opta por seguir el camino más corto de años anteriores para llegar a la carrera oficial
Rafael Carlos Mendoza – Redacción

El Descendimiento será la única hermandad procedente del Campo de la Verdad que cruzará este año el Puente de Miraflores en su camino hacia la carrera oficial pese a poder hacerlo por el Romano. Así lo han confirmado a El Día las fuentes consultadas de la cofradía radicada en la parroquia de San José y Espíritu Santo y así consta además en el itinerario oficial que maneja la Agrupación de Hermandades y Cofradías. Las otras dos corporaciones que inician sus estaciones de penitencia desde este barrio situado en la margen izquierda del río Guadalquivir, el Cristo del Amor, el Domingo de Ramos; y la Vera Cruz, el Lunes Santo, se han decantado por valerse de la pasarela romana en el camino que conduce a la plaza de las Tendillas. El Descendimiento tomará este último puente antes de llegar a su sede canónica y se convertirá asimismo en la única hermandad en cruzar las dos pasarelas en la próxima Semana Santa.

El motivo que ha llevado a la hermandad a mantener Miraflores en el recorrido de la procesión de la tarde-noche del Viernes Santo no es otro que el «buen resultado» que ha logrado en estos últimos años. Desde que la cofradía cruza esta moderna pasarela se ha beneficiado del acceso rápido y directo a la carrera oficial a través de la calle San Fernando y Diario de Córdoba. Gracias a este itinerario, la procesión del Descendimiento accede a la calle Claudio Marcelo en poco más de dos horas, ya que parte desde su templo a las 18:00 y las 20:18 es la hora prevista para que la cruz de guía entre en la carrera oficial.

El Descendimiento también será la única de las tres hermandades del Campo de la Verdad que realizan estación de penitencia en la Catedral en su regreso a la sede canónica. Tanto el Cristo del Amor como la Vera Cruz, al cruzar el Puente Romano, han optado por incluir al primer templo de la Diócesis en el primer tramo de su recorrido. El Descendimiento, que abandonará la plaza de las Tendillas después de las 21:00 -la cruz de guía la dejará a las 20:53-, entrará a la Catedral a las 23:30 tras haber pasado por las calles Jesús y María, Ángel de Saavedra, Blanco Belmonte, la plaza de la Agrupación de Cofradías y las calles Conde y Luque y Deanes.

A pesar de contar con recorridos diferentes, el tiempo que invierten el Descendimiento y la Vera Cruz durante la celebración de sus respectivas estaciones de penitencia es bastante similar. La hermandad del Viernes Santo lo cubre en unas siete horas y media y la Vera Cruz en 20 minutos menos.ndoza – El Día de Córdoba

EL ORGULLO DEL CAMPO DE LA VERDAD

El Cristo del Descendimiento incorpora dos nuevos Santos Varones
A. Calero (Redacción) | Fotos: Oscar Barrionuevo

descen_2010_dia«Vamos a hacerlo bonito, como sabemos en el Campo de la Verdad, que vamos a entrar ya en las Tendillas». No es la voz del capataz, sino de una vecina que anima a sus costaleros que afrontan la recta final de la calle San Fernando. Una de tantas que acompaña al Cristo de Descendimiento desde la otra orilla del Guadalquivir, en un camino que comenzó hace ya horas pero que llega a uno de los momentos más esperados al girar por Claudio Marcelo y entrar en la Carrera Oficial. «Que vean como hacemos de bien las cosas» continúa mientras las zapatillas de los costaleros rachean despacito y van dejando cada vez más atrás el Puente de Miraflores, que lo separa de su templo. Unos segundos antes, el contraguía dedicaba la levantá «a la cruz de guía, que nos está abriendo camino hasta las Tendillas», a la vez que tenía un recuerdo para su padre «que es lo que yo más quiero». El Descendimiento comenzaba así su andadura por la carrera oficial con ese arte que le imprimen al otro lado del río.

buenfin_2010_diaEl orgullo del Campo de la Verdad se observa en cada detalle del cortejo, en el desfile de nazarenos, en las chicotás de los costaleros, en cada pausa y en cada levantá . Y hasta en el paso. La imagen del Descendimiento ha incluido este año dos nuevos santos varones -Nicodemo y José de Arimatea- que han sido tallados por el imaginero Alfonso Castellano, vecino del Campo de la Verdad. «Es un artista», murmuraba la bulla a la salida del cortejo. El escultor ha querido que los santos varones se miren el uno al otro, otorgando así una escena con más complicidad y dulzura en el momento en el que bajan a Cristo, ya muerto, de la cruz. Con el trabajo del joven imaginero la hermandad es incluso un poco más auténtica.

Mientras José de Arimatea y Nicodemo bajan al Señor del Descendimiento, San Juan consuela a la Virgen y el misterio avanza con los compases de Consuelo Gitano de la Banda de Nuestra Señora de la Fuensanta y Padre Jesús Caído.

descen2_2010_diaDecenas de penitentes siguen al Descendimiento tras el acompañamiento musical. Son los vecinos del Campo de la Verdad que siguen a su Cristo desde la Parroquia de San José Divino Obrero. Unos minutos después se inicia el cortejo de nazarenos de la Virgen del Buen Fin. Los niños aprovechan para pedir cera y los cofrades se agolpan en la Cuesta de Luján para ver mejor la procesión. La imagen se abre paso entre la multitud e impone con su mirada de dolor bajo el palio. Apenas quedan unos metros para entrar en la Carrera Oficial y se produce el relevo de los costaleros. Todos quieren forma parte de ese momento «en el que miles de ojos nos están mirando», como animan a la cuadrilla. El esperado momento es una mezcla de sentimientos porque el paso por las Tendillas significa el regreso a casa. El descendimiento vuelve al Campo de la Verdad y, aunque el cansancio lo agradece, el corazón pide que se alargue otro ratito más hasta esperar al año que viene.

El Descendimiento sustituirá los Santos Varones por otros más ligeros.

Rafael Carlos Mendoza. Redacción

El joven cordobés Alfonso Castellano ha sido el elegido por la hermandad del Campo de la Verdad para cambiar las esculturas de Miguel Ángel González Jurado

El paso de misterio del Descendimiento contará en la estación de penitencia del próximo Viernes Santo con dos nuevas tallas de los santos varones, más ligeras y menos voluminosas que las anteriores. Las imágenes que estrenará la cofradía, encargadas al joven artista Alfonso Castellano, sustituirán a las que realizó Miguel Ángel González Jurado y luce la corporación desde 1994. Según la información facilitada por el hermano mayor, Manuel Aguilera, la cofradía se ha visto «obligada» a optar por el cambio de las figuras como consecuencia de los daños que éstas estaban causando en la cruz sobre la que está clavado el titular. Aparte de las dimensiones de las efigies, otro de los detalles que se podrán apreciar es que los santos varones, José de Arimatea y Nicodemo, se encuentran desatando igualmente al crucificado pero se miran el uno al otro.

La diferencia de peso entre las tallas de González Jurado y las de Castellano son más que notables. Así, las primeras rondan los dos metros de altura, casi 40 centímetros más que el Cristo, y pesan alrededor de 85 kilos cada una de ellas. Las que se encuentra esculpiendo el joven imaginero miden 1,67 metros, en el caso de José de Arimatea, y 1,62, en el de Nicodemo, y su peso en ningún caso es superior a los 30 kilos, casi tres veces menos que los que ha llevado la hermandad en estos últimos 16 años. En lo que respecta al material, Castellano se ha valido de la madera de cedro para la talla de las cabezas y las manos, mientras que el resto del cuerpo es de fibra de carbono.

Castellano, que destacó la «importancia» que supone para él el encargo de los santos varones del Descendimiento, se detuvo en algunos detalles alusivos a la iconografía de ambas figuras. En lo que respecta a Nicodemo, el artista recalcó que se «ha acentuado el aspecto de anciano», mientras que José de Arimatea «se muestra como con un semblante de dulzura triste». El trabajo en la talla del pelo y la barba de ambas imágenes es otro de los elementos en los que se detiene el autor local al referirse a los detalles más relevantes de las imágenes.

Aguilera, por su parte, subrayó la «mayor proporción» que tendrán a partir de ahora las efigies que componen el misterio y recordó asimismo el «cimbreo» al que se ha visto sometido el paso como consecuencia del «peso excesivo» de las tallas de González Jurado. En lo referente al futuro de estas dos obras, el hermano mayor del Descendimiento precisó que «primero se le ofrecerán al autor que las hizo y, si no las quiere, se venderán a otra cofradía».

La talla de José de Arimatea y Nicodemo se convertirá así en la carta de presentación de Castellano en la capital, ya que son las primeras que le encarga una cofradía de la ciudad. El joven artista cordobés se considera «de la escuela de Francisco Romero Zafra, con influencias recogidas tanto de Antonio Bernal como de José Carlos Rubio».