El bordado de las bambalinas laterales del palio del Buen Fin de Córdoba, ejecutado en más del 50%

Julia García Higueras  – ABC Córdoba

20/10/2022

El bordado de las nuevas bambalinas laterales del palio de la Virgen del Buen Fin se encuentra realizado en más de un 50%. Integrantes de la junta de gobierno de la hermandad del Descendimiento acaban de visitar el taller de Antonio Villar para comprobar los avances en su trabajo.

El proyecto de renovación del palio de Nuestra Señora del Buen Fin cuenta desde diciembre de 2019 con las bambalinas delantera y trasera bordadas por Antonio Villar con diseño de Fray Ricardo de Córdoba.

En 2020, cuando comenzaban a ver cómo afrontarían los laterales estalló la pandemia de coronavirus y se quedó paralizado hasta que se pudiera retomar, algo que ya ha sido posible el pasado mes de septiembre, según precisa el hermano mayor, Manuel Aguilera.

Por ahora no hay fecha prevista de su estreno. Tienen claro que no se verá en las calles ni se bendecirá hasta que no esté el techo de palio y pueda verse todo en conjunto. En torno a marzo o abril de 2023 esperan tener terminadas las laterales.

Pausa en pandemia

Durante la pandemia de covid el Descendimiento se volcó en su obra social, con un comedor de Cáritas y la ayuda a un gran número de familias necesitadas.

El germen de la idea de remodelación surgió en octubre de 2018 y en el verano previo de la recién nombrada primera junta de gobierno de Manuel Aguilera (ahora en su segundo mandato).

El proyecto comenzó por determinar que no se quería cambiar el diseño ya existente por otro nuevo, sino realizar algunas modificaciones en él. Para ello se estuvo en contacto con Fray Ricardo de Córdoba, diseñador del palio, hermano de honor y director artístico de la cofradía.

En esa reunión se le transmitió la intención de realizar un nuevo palio en oro fino «con un aire diferente, con otro corte que ayude al movimiento más dulce y elegante en el caminar, ya que la idea es que este nuevo vaya rematado en fleco de bellota y borlas en los varales». Readaptando el diseño, no afrontando uno nuevo.

Viernes Santo de Córdoba, lo que debe morir se despide

El estreno de la Soledad en Guadalupe y de la Conversión en la carrera oficial marcan un día de estampas clásicas

Luis Miranda. ABC CÓRDOBA 16/04/2022

El río que llega al mar; la flor que un día fue una fiesta de belleza y olor; el amanecer, mediodía, tarde y ocaso del día como metáfora de la vida que tiende a terminarse. El hombre lo es por saber que las cosas se terminan, incluido su mismo aliento.

A veces no nota que han empezado, porque el mundo es ancho y no puede poner los ojos en todas partes. Otras veces hay hábitos, rostros y manos que forman parte de su vida desde los primeros recuerdos y no quiere asomarse al abismo de saber que tendrá que despedirse de ellos en cierto momento.

Por mucho que sepa que las cosas terminan, y aunque sea capaz de ver los discretos signos que lo cuentan, los hombres y mujeres tienen cierta vocación de eternidad no para sí mismos, sino hacia todo aquello que quieren y que les ayuda a levantarse todos los días.

Para lo que les hace felices.

La Semana Santa de Córdoba, como todas, es una fiesta que se termina desde el mismo momento que empieza. Los que el Domingo de Ramos se veían entre nazarenos sabían que caminaban en último término hasta sus iglesias.

Los que estaban felices por haberse encontrado con imágenes que a lo mejor no podrán ver el resto del año no querían creer que cuando se les marchasen en el remolino de la bulla no tendrían, otra vez, nada más que el recuerdo.

Los que aguantaron hasta alguna de las últimas entradas eran conscientes de que el resto de los pasos ya estaban otra vez quietos en sus iglesias, que las candelerías gastadas no se encenderían otra vez, que había nazarenos que ya se habían despojado de la túnica para por lo menos un año.

Les quedaba todavía el consuelo de que faltaban días, porque había empezado una vida nueva y dichosa. Efímera también, sí, aunque todavía sin horizonte de final en el gozo de planear los días mirando los horarios, en el paladeo de los recuerdos que habría que revivir. Con las curvas de la lluvia o de la amenaza se seguía avanzando, pero siempre hay un momento en que suena el golpe del final.

Como una gran cofradía que alcanza la Catedral y busca el templo del que salió, la Semana Santa deja caer en cierto momento que está hecha para pasar. Por el camino deja recuerdos, se cuela en la conciencia, hace preguntas, cuestiona ausencias y deja la dosis justa de un veneno dulce para repetir al año siguiente sin falta.

La Conversión completó un camino de diez horas que se inició por los espacios de Electromecánicas

Un día parece que es eterna, como lo era la Virgen de la Soledad avanzando por las calles de su nuevo barrio, y al poco se sabe que hay que dejarla para buscar nuevos horizontes y se cae en la cuenta de que uno no se puede ir del lado de una cofradía sin el dolor de pensar que deberá permanecer 364 días enteros con lo que se ha vivido en apenas unos minutos, que eso que se lleva al marcharse es el néctar de una flor que apenas permanece abierta un tiempo.

Qué corto lo que se puede ver a la Virgen de los Dolores al caer la tarde de su ciudad, qué rápido pasan los nazarenos del Santo Sepulcro, la música que va llenando las calles estrechas de la Expiración.

El alma vive tan feliz pensando en esos rasgos de las cofradías del Viernes Santo de Córdoba que las hacen distintas que no se dan cuenta de que son las de la última tarde, las de un capítulo final que tendrá al cabo de unas horas un epílogo de gloria.

El Cristo de la Oración y Caridad, por primera vez con su misterio, en el interior de la Catedral – Fran Pérez

Algo se podía notar ya cuando el Jueves Santo se había desangrado feliz y la Buena Muerte volvía de la Catedral en una noche que no es tan solitaria como dicen. El rito, como el que contó Rafael Montesinos, es heredado y no aprendido, y tiene un ritmo al andar, al comportarse y al disponer las túnicas y las esclavinas.

Los que todos los años lo repiten conocen bien el caminar pausado del Cristo, con un más tapiz que monte de claveles rojos entre cera tiniebla, y sin querer despedirse van mirando al horizonte hasta el momento en que después de los nazarenos severos y de los atributos va apareciendo el palio deslumbrante de la Reina de los Mártires.

Cambió esta vez por claveles blancos e imperecederos sus rosas de los últimos años, y su candelería, con original cera rizada, le cantaba sin alzar la voz como los flecos pegando en los varales todos los años.

Los que la siguieron se durmieron felices, pero tal vez hasta la primera de la tarde no eran conscientes de que tardarían mucho en volver a encontrarla. Debieron de caer en la cuenta cuando la Virgen de la Soledad caminaba estrenando barrio y música.

Unos minutos antes todo era tan nuevo como la noticia de verla salir. Al cabo de unos cuantos más, quizá bastantes, hubo que decirle adiós. Nadie lo pensaba cuando la cruz de guía y los nazarenos marrones atravesaban por primera vez la puerta de la iglesia de Guadalupe, ya con la banda interpretando ‘Ione’.

Pronto apareció la Virgen en su paso y se notó que la cofradía quiere con la banda la misma relación que una cofradía de silencio con la música de capilla: debe recalcar lo solemne y lo serio. No salió el paso con la Marcha Real, sino directamente con una marcha y sin tambor: ‘Dolor y Soledad’.

Por la calle Cronista Maraver abundaban las colgaduras con la estampa de la Virgen, que parece que ha conseguido arraigar en muchos lugares de su nueva casa, y los que podían ir por los costeros cayeron pronto en la cuenta de que era Viernes Santo.

Nuestra Señora del Rosario, en su paso de palio – Rafael Carmona

Eso era bueno por poder admirar su dolor callado, sus ojos expresivos, las manos en las que parece temblar todavía la sangre de Cristo en la corona de espinas. Era malo por saber que había que dejarla y que así la fiesta estaba más cerca de terminar.

Cuando se marchó por Jesús Rescatado, el Cristo de la Oración y Caridad ya estaba cruzando por el puente de la carretera de Palma del Río en busca de calles que le son nuevas. Había dejado su barrio de Electromecánicas para empezar un camino de diez horas que no daba miedo.

La Virgen de la Soledad optó por la seriedad y evitó la Marcha Real en el estreno de su nueva casa

Al acercarse a Poniente, el eco de las zonas abiertas repetía los golpes de los tambores. Los anales contarán que el primer año iba con un cortejo sencillo y compacto, y que el paso se había resuelto con ornamentación y cartelas, aunque todo el mundo miraba la novedad de la estampa de las tres cruces.

Impactaba el perfil del Cristo de la Oración y Caridad en el momento de anunciar a San Dimas, crucificado esta vez a su izquierda, que su fe en el trance del patíbulo le había salvado, y por ese lado muchos le buscaban la mirada.

Había un sol blanco que anunciaba lo más fuerte de la primavera cuando la cofradía caminaba prefigurándose la torre de la Catedral, a la que llegó pasadas las diez de la noche, cuando todas las demás, ya veteranas en el día y en la Semana Santa, la rodeaban por unas calles y por otras.

A partir de entonces, muchos de los que habían buscado las novedades se marcharon rumbo al Centro. Allí estaba el Viernes Santo solemne y algo tardío que se había quedado con los horarios de la nueva carrera oficial.

Con tanto gusto por la capa, la cera rizada y las marchas brillantes, las cofradías severas se venden siempre caras y cuando lo hacen es casi demasiado tarde. Pero allí estaba la Expiración, aunque con su presencia muchos siguieran cayendo en la cuenta de que la fiesta se marchaba.

En ese momento el Viernes Santo ya era de multitudes como la que sabía que verla pasar por Tundidores, Fernando Colón, Huerto de San Pedro el Real y San Francisco es una delicia en una Córdoba casi clandestina y silenciosa como la propia cofradía.

Una espera de nazarenos severos y de atributos con sentido se hace siempre leve, y más cuando la música de capilla anticipa lo que está a punto de girar la esquina. En el Cristo de la Expiración el fuerte grito del que habla San Juan se escucha, pero está sublimado por su presencia y por la forma en que su cofradía lo resuelve en dulzura.

El misterio del Descendimiento, por el Campo de la Verdad – Ángel Rodríguez

No faltaban a sus plantas iris morados y las pitas que evocan la dureza del Calvario, pero eso era para quienes fueran capaces de quitar los ojos de su presencia y del cielo al que señalaba con la mirada.

La calle Fernando Colón ya estaba invadida por la cofradía y cuando el Cristo giró en busca de su antigua casa de San Francisco los ciriales anunciaban a la Virgen del Rosario. Los chicos jóvenes que habían pasado dos años sin Semana Santa en sus todavía cortas vidas aprendían que en ciertas cofradías los nazarenos llevan los cirios bajos hasta que han salido los titulares, y que sólo cuando las imágenes están fuera de sus iglesias se los suben al cuadril. Pudieron fijarse en varios lugares.

En un año en que las candelerías demostraron que pueden ser creativas y arquitectónicas también en los pasos de palio de cofradías serias, la Virgen del Rosario era como una invitación a buscarla también en las horas de la noche en que su belleza romántica resplandecía sin que la electricidad le quitara dulzura. No habría muchas oportunidades más en la tarde fugaz que se iba con la elegancia de la música de Amueci.

La multitud buscó por Capitulares a la hermandad de los Dolores, que había puesto a sus nazarenos por primera vez en la calle desde 2017. Llegaba tras el tramo de silencio en torno a la plaza del Cardenal Toledo para personas con autismo. Venía envuelto en música fúnebre el sereno Cristo de la Clemencia, aunque era inevitable recordar la personalidad que se había perdido desde este año con la Redención. Iba ligera la cofradía en busca de la calle de la Feria y se agradeció al tener encima todo lo inmutable de la Virgen de los Dolores.

Desde 2017 no se encontraba Córdoba con la Virgen de los Dolores un Viernes Santo, y su estampa siempre es inmutable

Cuando llega por el perfil, antes de girar, muchos se daban cuenta de que se conocían de memoria la peana y los pliegues del manto negro, de que no había pasado el tiempo para ver el rostro sobrecogedor que sólo puede llamarse de los Dolores.

Hacía cinco años que la ciudad no podía encontrarse con la Virgen en las calles el Viernes Santo y quedaba el aire de que había conseguido borrar la ausencia y apuntarse a los años incontables que no cambió nada. Las calas populares y las flores blancas hacían presagiar ya una primavera en el mes que llegará pronto, y de lo que tanto sabe Ella.

Por el Puente Romano, abierto al Guadalquivir y a los vientos, soplaba el aire de la fiesta que marcha cuando caía la tarde y venía el Descendimiento. Incluso en su justa alegría de barrio hay siempre un acorde que cuenta que es Viernes Santo y que la Resurrección es tan alegre como cierto el final definitivo de lo que se ha esperado.

El Santo Sepulcro avanza por la calle Conde de Cárdenas – Ángel Rodríguez

Desde luego en el misterio trágico y también en Nuestra Señora del Buen Fin, que con las flores rosas parecía solo alegre al cruzar de vuelta por encima de un Guadalquivir que no volverá a ver cofradías pasar en todo un año.

Con la última luz pasó el cuerpo enterrado de Cristo en el Santo Sepulcro y el cortejo fúnebre de la misma Semana Santa. Tantos días se había evocado la perfección de sus formas y de su criterio y al final dolía saber que al tenerlo encima había que despedirse.

Hace tiempo que entró en el selecto lugar de las hermandades que no tienen que sumar cambios, porque son como las sinfonías que empiezan con una nota, la de la matraca junto a la cruz de guía, y se sabe cómo terminan.

Se había marchado el calor, pero la Compañía y las calles cercanas estaban del todo llenas mientras los nazarenos pasaban con la seguridad de que todo el mundo sabía lo que tenía que hacer para la coral no desentonase.

El mundo era perecedero y la Semana Santa se marchaba, pero quedaba la promesa de eternidad en la urna del Santo Sepulcro: «Ego sum resurrectio et vita». Si la vida era un río que iba a dar al mar de la muerte, también en el océano habría sitio para respirar sin tener que llegar a ningún final.

Pensaron en ella los que miraron a los ojos y a las luces de la Virgen del Desconsuelo y los que pensaron en lo que echan de menos las voces que cantan pegadas a su manto.

Y mientras se esforzaban por encontrar los azahares entre los claveles blancos de las piñas se lanzaron a creer en la eternidad prometida para no caer en la cuenta del sinsentido de despedirse alguna vez de todo lo que se quiere, aunque se sepa que tiene que morir.

 

La Virgen del Rayo ilumina el Campo de la Verdad de Córdoba en el reencuentro con las procesiones

Las marchas de la banda de la Estrella y el calor del público marcan la jornada para el recuerdo de la cofradía del Descendimiento

El reencuentro con una procesión de las de siempre. Era el anhelo de la hermandad del Descendimiento, de la que la Virgen de los Dolores y del Rayo es titular letífica. Y en la noche del 18 de septiembre se ha hecho realidad: en andas y con las marchas de la banda de la Estrella.

La Virgen, completamente ataviada de blanco, con su característica ráfaga y sobre una peana de orfebrería, ha iluminado con su presencia las calles más anchas del Campo de la Verdad. Ella ha recibido el calor de sus devotos y de cofrades de toda la ciudad en general. Ha salido de la parroquia de San José y Espíritu Santo, su sede, y desde el primer momento la emoción se ha desbordado.

La aprobación municipal de los pasos con costaleros el jueves 16 ya le llegó a la cofradía con Nuestra Señora de los Dolores y del Rayo entronizada en las andas de María Santísima en su Soledad, por lo que la mantuvieron así para su desfile del sábado.

Alguna vez alguna cofradía sería la primera, pensaban con insistencia los cofradesen medio de la pandemia. Y ha sido de la mano de dos hermandades de gloria: la Divina Pastora de Capuchinos, a media tarde, y el Rayo, a partir de las 21.30 horas, ambas hasta la medianoche. La presidenta de la Agrupación de Hermandades de Córdoba, Olga Caballero, participó en el desfile de esta última.

Primera vez

Además de coprotagonizar junto con la Divina Pastora la vuelta de las procesiones en Córdoba, es la primera vez que la Virgen del Rayo desfila por las calles una vez que la cofradía anterior fue absorbida por fusión por la del Descendimiento.

Las andas, llevadas por fuera por portadores con mascarillas y distancia, han lucido rica y variada ornamentación floral para la Virgen del Rayo, con frisos y dos jarras de diversos y festivos colores.

En años pasados, la Virgen del Rayo, con gran devoción en la parroquia de San José y Espíritu Santo, procesionaba el Sábado Santo, cuando tenía hermandad propia, y antes incluso en el misterio del Descendimiento. Ahora lo hace en el mes de septiembre.

El recorrido, de en torno a tres horas de duración, transcurre exclusivamente por las calles más anchas de la feligresía para intentar cumplir la normativa municipal de velar por la distancia del público y el cortejo.

Desde el 15 de septiembre, la Virgen de los Dolores y del Rayo ha estado en las andas entronizada en su iglesia para sus cultos, celebrados entre el jueves y el sábado. Tras la misa de este tercer día en la parroquia de San José y Espíritu Santo, ha realizado su salida procesional por las calles del Campo de la Verdad.

El domingo 19 de septiembre la Virgen del Rayo será expuesta en veneración de los fieles en su parroquia en horario de 10.30 a 14.00 horas y de 18.30 a 21.30 horas. La acción caritativa desarrollada en los días de culto a la Virgen ha sido la recogida de material escolar para niños de familias desfavorecidas.

El Descendimiento de Córdoba permitirá venerar a sus titulares…

El Descendimiento de Córdoba permitirá venerar a sus titulares el mayor tiempo posible en Semana Santa

Los días de la Pasión la parroquia de San José y Espíritu Santo abrirá mañana y tarde para evitar aglomeraciones

Córdoba Actualizado:

La hermandad del Descendimiento preparará en Semana Santa un altar de cultos especial en su capilla de la parroquia de San José y Espíritu Santo que permanecerá abierto a los hermanos y fieles en un horario muy amplio que no se limite al Viernes Santo (el día en que suele procesionar) para evitar aglomeraciones y colas.

Así lo ha explicado Manuel Aguilera, hermano mayor de esta cofradía del Campo de la Verdad. Será una vivencia muy integrada en todas las celebraciones de la parroquia (los oficios, el Ángelus y el santo rosario) y considerando que comparten templo con la hermandad de la Vera Cruz.

Por ello, en Semana Santa, entre el 28 de marzo y el 3 de abril, tiene previsto exponer a sus imágenes a la veneración de los fieles, de 11.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 20.30 horas. Esos días a las 12.00 habrá el rezo del Ángelus y a las 19.00, el del rosario. La Misa de palmas del Domingo de Ramos a las 12.00 horas y los oficios completan los cultos de la Semana de Pasión.

Con esta opción esta cofradía abre más la posibilidad a que personas de fuera (si se amplían las limitaciones de movilidad) y los propios cordobeses durante las vacaciones puedan rezar ante el Cristo del Descendimiento. El Señor permanecerá en el altar principal, con su Dolorosa, la Virgen del Refugio; y la Virgen del Buen Fin seguirá en su lugar habitual solemnemente dispuesto.

Balconera Descendimiento CordobaBalconeras

Para animar a sus devotos a vivir externamente esta segunda Semana Santa consecutiva sin procesiones en la calle, el Descendimiento acaba de ofrecer un nuevo diseño de dos balconeras. Una muestra el rostro del Cristo del Descendimiento y otra el de Nuestra Señora del Buen Fin, con una medida de 100 por 70 centímetros y un precio individual de 10 euros como donativo. Se pueden conseguir a través de la junta de gobierno o mediante un mensaje privado por Facebook de la hermandad.

El próximo viernes 19 de marzo la corporación expondrá al Cristo del Descendimiento a la piadosa veneración de los fieles en la parroquia de San José y Espíritu Santo entre las 11.00 y las 19.15 horas. Después, a las 19.30 horas celebrará una misa por el alma de los hermanos difuntos oficiada por Florencio Muñoz García, vicerrector del Seminario Mayor de Córdoba.

Al término de la eucaristía será el rezo del Vía Crucis. Este día también es el escogido para presentar la papeleta de sitio simbólica a los hermanos que lo deseen.

El palio

Además, el 28 de marzo, como cada cuarto domingo de mes, se celebrará la misa en honor de la Virgen del Buen Fin. En la actualidad, el proyecto de renovación del palio de la Virgen cuenta con la delantera y la trasera bordadas por Antonio Villar con diseño de Fray Ricardo de Córdoba desde diciembre de 2019.

En 2020, cuando comenzaban a ver cómo afrontaban el trabajo de los laterales estalló la pandemia de coronavirus y se ha quedado paralizado por el momento hasta que se pueda retomar a largo plazo.

Por ahora el Descendimiento se ha volcado en obras sociales muy ambiciosas, como el comedor que pusieron en marcha en verano con Cáritas, y ayudando a un gran número de familias que lo necesitan.

La imagen de la Virgen del Rayo se incorpora como cotitular a la hermandad del Descendimiento

La cofradía del Viernes Santo lo ha decidido así tras un cabildo extraordinario de hermanos

Virgen del RayoLa hermandad del Descendimiento ha celebrado en la mañana de este domingo, 24 de noviembre, un cabildo extraordinario de hermanos en el que se ha procedido a la votación de la incorporación de la Virgen del Rayo como cotitular de esta cofradía. La propuesta ha salido adelante con el respaldo de una amplia mayoría de hermanos.

La imagen, restaurada por Juan Ventura en 1984, pertenece hasta el momento a la hermandad del Rayo, si bien no había actividad religiosa en torno a ella desde 2017. Ahora será la hermandad del Descendimiento la que restaure estos cultos y toda la actividad que en honor a la devoción mariana existe en el Campo de la Verdad.

La hermandad lo ha comunicado en sus redes sociales en un anuncio en el que indicó que, tras el recuento de los votos de todos los hermanos asistentes, «el resultado final ha sido la incorporación de Nuestra Señora de los Dolores del Rayo como cotitular de la hermandad por mayoría».

Además de la imagen, la cofradía del Descendimiento también adquiere todos los enseres y el ajuar de la hermandad servita del Rayo. La duda existente queda ahora en ver qué pasará con la hermandad del Rayo, aunque todo apunta a que se ordenará su disolución en un plazo breve de tiempo.

 

El Descendimiento plantea integrar a la Virgen del Rayo de Córdoba tras años de inestabilidad

El cabildo decidirá si es la titular letífica de la cofradía, en cuyo paso de misterio salió muchos años

La inestabilidad ha marcado a la hermandad de María Santísima de los Dolores y del Rayo en las últimas décadas, hasta el punto de que no siempre ha podido hacer su procesión del Sábado Santo. En los últimos años ha alterando periodos de calma con varias juntas gestoras y hace unos meses dimitió su hermano mayor.

Ante esta situación, el párroco de la iglesia de San José y Espíritu Santo y consiliario de ambas corporaciones, Pedro Soldado, ha planteado que la imagen, con mucha veneración en el Campo de la Verdad, se incorpore a la hermandad del Descendimiento. Los hermanos de la cofradía decidirán el domingo 24 de noviembre si es su nueva titular letífica. Es decir, aunque sea iconográficamente Dolorosa, tendría veneración de imagen de gloria.

Pedro Soldado explicó que la corporación, agrupada como hermandad de gloria, «no ha despegado» y nunca ha estado por encima de los poco más de cien miembros. Ante esa situación, agravada por las crisis recurrentes, «y para garantizar que la Virgen del Rayo siga teniendo su culto y devoción, con muchas visitas», ha planteado que de ello se encargue el Descendimiento. Salió en los años 2017 y 2018 tras años sin hacerlo, e hizo estación en la Catedral, pero en 2019 no lo hizo.

La Virgen del Rayo saluda a la hermandad del Descendimiento el Sábado Santo de 2018
La Virgen del Rayosaluda a la hermandad del Descendimiento el Sábado Santo de 2018 – Roldán Serrano

La hermandad del Rayo no está disuelta, sino en una situación de falta de actividad, según precisó su consiliario. El hermano mayor del Descendimiento, Manuel Aguilera, aseguró que, si lo aprueban los hermanos, vendrá después una reforma de las reglas para fijar los cultos y procesión, en su caso, que tendrá la imagen. Pedro Soldado dejó entrever la posibilidad de que su salida sea en una ficha distinta al Sábado Santo, como ha salido en los últimos años.

La relación entre la Virgen de los Dolores y del Rayo y el Descendimiento no es nueva. Durante muchos años, fue en el paso de misterio de la cofradía el Viernes Santo, y se llegó a pensar en incorporarla bajo palio, ya en la década de 1980, aunque para entonces ya se había creado su hermandad. La imagen tuvo cofradía desde el siglo XVII con procesión el Viernes Santo.

El Descendimiento y una magna para «reivindicar» la fe

Además del carácter religioso también hay «un factor cultural», indica Manuel Aguilera, hermano mayor

Foto: Ánvaro Carmona

La hermandad del Descendimiento está viviendo días especiales con los cultos y la ofrenda de alimentos a la Virgen del Buen Fin. Estos actos se suman a todos los preparativos de cara a la Exposición magna de septiembre que tendrá lugar el próximo mes de septiembre. Manuel Aguilera, hermano mayor de la cofradía atendió a ABC y señaló que «me parece una buena idea montar la exposición» porque «además de un acto religioso, también es algo cultural; lo definiría por las dos vertientes».

Aguilera defendió que «hay nazarenos que son verdaderas obras de arte, la orfebrería que se presenta son obras de arte y todo en un entorno mejorable». Es por ello que explicó que «además del carácter religioso que tiene, lo cultural también es importante». Además expresó que «vamos a ver imágenes que nunca se ven y cada uno con diferencia sobre otras: algunas van a costal pero otras no, se van a ver peculiaridades de la provincia y eso es muy bonito».

El Cristo del Descendimiento irá en silencio y sin presentar ningún estreno con respecto a la Semana Santa de 2019. Estará presente en una exposición que contará con unos traslados que serán «multitudinarios»: «Creo que la exposición va a tener mucha gente. Fuera de Andalucía a lo mejor no, pero de Andalucía va a venir mucha gente. Los cofrades van a responder muy bien y la gente de los pueblos y de otras ciudades se van a acercar. Vamos a ver muchos pasos que en semana santa no vemos».

Además, el hermano mayor de la hermandad expuso que «es un orgullo unirnos todos, ser cristiano y cofrade parece que no estar bien visto, parece que somos los raritos». Y añadió: «Si somos creyentes, lo somos y tenemos que estar unidos. Creo que está bien reivindicar nuestro puesto en la sociedad y se nos valore. Trabajamos un fin religioso pero también tienen que saber que somos un movimiento de masas; este acto nos da esa visibilidad».

La marcha «Buen Fin del Descendimiento» cumple 25 años

La obra es del autor cordobés Francisco Conde e interpretada por la Banda de la Esperanza o la de Enrique Galán de Rota

Uno de los motivos por los que recordamos los momentos del pasado es la música que sonaba en aquel momento. Hay melodías que pasan desapercibidas y otras que perduran para siempre en la memoria. Por eso, que una melodía cumpla 25 años esun hito más que destacable.

25 años cumple la marcha «Buen Fin del Descendimiento», de Francisco Conde y dedicada a la Virgen titular de la hermandad del mismo nombre. La marcha ha sido interpretada tanto por la Banda de Música de la Esperanza como por la Banda de Música Enrique Galán de Rota, que se estrenó el pasado Viernes Santo tras la Virgen del Buen Fin.

Para poder tocar tras la Virgen, interpretar esta marcha es uno de los requisitos indispensables para la banda por lo que la banda gaditana la tuvo que añadir a su repertorio, aunque evidentemente, dotándole de un estilo más personal.

«Piedad Salesiana» dedicada a la hermandad del Prendimiento o «Soledad en Jueves Santo» fueron otras dos de las obras más reconocidas del fallecido autor cordobés Francisco Conde.

El Viernes Santo recupera la calle, pero se queda a medias

El Descendimiento y el Santo Sepulcro son las únicas que vencieron al amenazante cielo

Quizá en el aire haya quedado la satisfacción de ver a cofradías en la calle, pero no ha sido un Viernes Santo como el que se esperaba en Córdoba. Todo depende del momento. A las siete de la tarde era desesperanzado y triste, con el cielo gris y las suspensiones sucediéndose. A las diez de la noche, parecía que el día se había venido arriba, aunque de cinco cofradías sólo dos pisaron la calle. Es un pequeño consuelo en esta Semana Santa de Córdoba 2019 que vive un final muy difícil por la amenaza constante de lluvia.

El día ya era tardío de por sí, pero lo fue aún más. La Expiración, que tuvo que haber sido la primera en salir, pidió la media hora preceptiva y retrasó su decisión final a las 18.55. Habían caído tormentas pequeñas en algunas zonas de Córdoba, pero no en el Centro. En Santiago y en San Jacinto hacían lo mismo: miraban al cielo amenazante y preguntaban por lo que podían hacer.

Pero al filo de las siete de la tarde el día parecía que se venía abajo, como el Jueves Santo. Las tres suspensiones pesaron como losas. Ni la Virgen de los Dolores, ni la Expiración ni la Soledad saldrían. Triste Viernes Santo el que se avecinaba. Al poco abrieron los templos. En la plaza de Capuchinos la Señora de Córdoba lucía más serena y cercana que nunca, vestida esta vez con la saya del Espíritu Santo. Gustaba verla, pero por segundo año consecutivo no se movió de allí. En Santiago, en la oscuridad estaba la belleza tan sencilla como honda de la Soledad.

Y en San Pablo, por un muy breve tiempo, se pudo admirar al Cristo de la Expiración, con iris morados y pitas, como es tradicional, con ese grito que anuncia la muerte del Señor en las calles de Córdoba como todos los Viernes Santos. El día tenía después un compás de espera que también se alargó media hora, pero esta vez terminó bien. Poco después de las ocho de la tarde se supo que el Descendimiento saldría a la calle.

La multitud que recorrió las calles se fue al Campo de la Verdad. Desde que entró el Perdón, antes de la medianoche del Miércoles Santo, no se había puesto una sola cruz de guía en la calle. Y se abarrotaron la plaza de Santa Teresa y el Puente Romano para seguir a la cofradía, que venció el espíritu solemne del Viernes Santo con su espíritu de barrio de siempre.

El misterio, con claveles rojos e iris morados, avanzaba con fuerza mientras veía la meta de la Catedral, y la Virgen del Buen Fin vibraba presintiendo la alegría de la resurrección y también por poder estar en la calle. A esas horas también se sabía que el Santo Sepulcroiba a salir a la calle, también con media hora de demora.

También la plaza de la Compañía estaba atestada para recibir a la cofradía, que se ha presentado fiel a su estilo y a su impecable forma de ser, conjuntanda desde el principio hasta el final. Un gran silencio ha visto bajar al Señor del Santo Sepulcro en su urna desde el templo hasta la calle Conde de Cárdenas, mientras una pieza cantada con acompañamiento de música de capilla lo acunaba.

La Virgen del Desconsuelo, impecable de candelería y de altas piñas, ha dejado en el aire el pellizco de una nostalgia, por lo que se disfruta y por lo que podría haber sido. La hermandad ha acortado su itinerario: no va por Romero Barros y el Potro, sino que recorre toda la calle San Fernando hacia la Cruz del Rastro. Mientras estén en la calle, habrá un Viernes Santo, aunque disminuido, que disfrutar.

 

El Descendimiento presenta el proyecto de su nuevo palio, bordado en oro y basado en el actual

Antonio Villar será quien rediseñe y borde la nueva pieza bajo la supervisión de Fray Ricardo de Córdoba

La hermandad del Descendimiento desveló anoche uno de los secretos mejor custodiados en esta cofradía. Dio a conocer el proyecto del nuevo palio de la Virgen del Buen Fin, una pieza que irá bordada en oro pero que estará basada en la actual, realizada en aplicación y que ha mantenido esta corporación del Campo de la Verdad durante los últimos 30 años. Según los datos aportados, Antonio Villar ha sido la persona elegida para rediseñar y bordar el palio, aunque siempre con la supervisión de Fray Ricardo de Córdoba y manteniendo prácticamente el sello artístico que tiene actualmente.

Pero, ¿cuándo lucirá la hermandad este estreno por las calles de Córdoba? La junta de gobierno explicó a los hermanos que asistieron a este acto, que no se «estrenará ninguna de las piezas hasta al menos ver terminado el bordado exterior y el techo de palio, ya que Nuestra Señora del Buen Fin ya posee un palio muy digno, con el cual ha procesionado durante 30 años, y así seguirá hasta que el proyecto se encuentre en la fase fijada». Continuó que «las piezas realizadas se irán presentando de manera anual, a modo que se vaya viendo cómo avanza el trabajo, siendo la bendición en el año del estreno».

Desde primera hora, detalló ayer la hermandad, la intención es «realizar un nuevo palio en oro fino». La idea, según figura en el proyecto que dio a conocer la corporación, es «darle un aire diferente, con otro corte que ayude al movimiento más dulce y elegante en el caminar». En este sentido merece especial mención que el nuevo palio vaya rematado en fleco de bellota y borlas en los varales.

A pesar de mantener el estilo actual, hay señas de identidad, como que «se le ganan casi tres centímetros al frontal». Asimismo, la María Coronada del frontal será más grande, ya no contará con los lazos y letanías alrededor, si no que serán siete en lugar de cinco las rosas que la acompañen, en símbolo de los siete dolores de la Virgen. También se cambia la zona de la crestería eliminando las cartelas con las letanías, y unas piezas en forma de asas de gran tamaño.

Domenech destaca el aumento patrimonial de la hermandad del Descendimiento de Córdoba

Durante sus dos mandatos se incrementó también la obra social de la cofradía

Foto: Rafael Carmona

El pasado domingo 24 de junio la hermandad del Descendimiento celebró elecciones a hermano mayor. Unos comicios donde los hermanos de la cofradía del Campo de la Verdad mostraron su apoyo a la candidatura presentada por Manuel Aguilera, quien sustituirá en el cargo a José Enrique Domenech. Ahora, en una entrevista concedida a ABC, Domenech hace balance de sus dos mandatos al frente de la corporación.

El hasta ahora hermano mayor de la hermandad del Descendimiento señaló que el primero de sus mandatos estuvo marcado por la celebración de diferentes actos como el Vía Crucis Magno (donde participó su titular) o el 75 aniversario fundacional. En el apartado patrimonial Domenech subrayó el aumento patrimonial de la cofradía, donde se ha terminado la orfebrería del paso de palio de la Virgen del Buen Fin y se han «mejorado y ejecutado» diferentes piezas del guión procesional.

Incremento de la obra social

Otro de los aspectos de los que confiesa sentirse «muy orgulloso» es la obra social, que durante su mandato se ha incrementado. «Nuestra obra social ha estado basada en la Cáritas Parroquial, en colaboración con la hermandad de la Vera-Cruz, además de campañas propias que hemos ido desarrollando para las personas más desfavorecidas». También quiso destacar la gran labor del grupo joven y la evolución «positiva» que han tenidos los cultos, sobre todo en los montajes.

Pero todo no han sido alegrías, ya que durante sus dos mandatos José Enrique Domenech ha vivido momentos difíciles como la suspensión de la salida procesional durante tres años consecutivos o la pérdida de personas importantes de la hermandad. «Los primeros años fueron difíciles, ya que estuvimos tres Viernes Santos seguidos sin salir, pero eso es algo que queda como anécdota».

En definitiva, Domenech quiere quedarse con todo lo bueno que ha vivido durante este tiempo y con el grupo humano que le ha acompañado en su junta de gobierno. Ahora, lejos de tomarse un merecido descanso, el ex hermano mayor seguirá ligado a su hermandad, ya que ocupará el cargo de vice hermano mayoren la junta de gobierno presidida por Manuel Aguilera.

ABC Córdoba. Manuel Aguilera, nuevo hermano mayor del Descendimiento

Su candidatura se ha impuesto a la de Pedro Jesús Pila

R. C. M. @abccordoba – CÓRDOBA

Foto: Álvaro Carmona

La hermandad cordobesa del Descendimiento ya cuenta con el nuevo hermano mayor que sustituirá a José Enrique Domenech. A falta de la necesaria ratificación oficial por parte de la autoridad eclesiástica, Manuel Aguilera dirigirá la hermandad del Viernes Santo durante los próximos años.

Así lo han decidido este domingo los hermanos de la corporación, que depositaron su confianza en esta candidatura en detrimento de la presentada por Pedro Jesús Pila.

De esta forma, la candidatura ganadora ha recibido el apoyo de 157 hermanos de la corporación, mientras que la presentada por Pila ha tenido 46 votos a favor. Además, hay que añadir los tres votos en blanco y los cinco nulos.

Manuel Aguilera ha prometido realizar un trabajo continuista respecto al camino emprendido por el ex hermano mayor, José Enrique Doménech. Buscará seguir con la renovación patrimonial e impulsar la obra social de la hermandad. En este sentido, el nuevo hermano mayor ya formó parte de la junta de gobierno de la cofradía durante los dos últimos mandatos, el primero como prioste y el segundo como auxiliar de priostía.