Viernes Santo 2010

Así es como se podría calificar a la Estación de Penitencia que realizó la Hermandad el pasado Viernes Santo, esplendorosa; amanecía un Viernes Santo radiante, con el cielo azul sin una nube y con temperaturas muy cálidas, aunque ya algo fría entrada la noche. Puntual la Cofradía puso la Cruz de Guía en el paseo que lleva el nombre de nuestro Titular a las seis de la tarde con un barrio repleto de gente esperando a su Cofradía, este año, como hemos comentado durante la Cuaresma, con el tránsito, por primera vez, por la calle Santo Cristo, donde se ubica la Ermita donde se fundara la Hermandad. La Cofradía discurrió rápida camino a la carrera oficial sin dejar de recibir el calor del barrio y de la oración echa saeta de su gente. Se transitaba por primera vez también por el entorno del parque de Miraflores incluido el paso por la pasarela del mismo nombre y que nos llevo hasta la calle de la feria para alcanzar así la carrera oficial camino del objetivo de cumplir Estación de Penitencia en la Catedral y ante la Santa Cruz.

Se discurrió con normalidad durante todo el recorrido, aunque como siempre con el transito dificultoso por las calles de la Judería pero que fue salvado con éxito gracias al buen hacer de nuestros hermanos costaleros y capataces que un año más mostraron el cariño a sus Titulares dando lo máximo bajo las trabajaderas.

Se cumplió la Estación de Penitencia y la Cofradía partió rumbo a su barrio ya metido en la madrugada del Sábado de Gloria con un gran bullicio por todo el entorno de la Catedral, entre una gélida noche la Cofradía fue acercándose a su barrio hasta alcanza la plaza de Santa Teresa de nuevo a través de la calle Santo Cristo donde ambos pasos fuerón recibidos con espléndidas saetas de la gente del barrio, en un punto de encuentro que cada año se pinta más sentido y emotivo.

Cercanas las tres de la madrugada, Ntra. Señora del Buen Fin entraba en su sede dejando atrás los sonidos de «La Estrella Sublime» en un mensaje anunciador de la inminente Resurrección de su hijo. El Buen Fin se iba a culminar.

El Señor del Descendimiento iba exornado nuevamente con clavel rojo y con un centro de rosas rojas e iris morado al pie de la Cruz. Se estrenaron la nuevas Imágenes de los Santos Varones que hicieron destacar más aún si cabe la Imagen de Nuestro Señor dentro. Nuevamente las Imágenes del Misterio fueron ataviadas de forma magistral por N.H. Antonio Villar, destacando nuevamente la belleza de la Virgen del Refugio que en esta ocasión lucía su corona de plata. Puso la nota musical otro año más la Banda del Caido y la Fuensanta que mostraron un año más la calidad que atesoran, superándose tras el pasado año e interpretando numerosas marchas durante todo el recorrido.

Ntra. Sra. del Buen Fin, al igual que el año pasado, iba exornada en su paso con clavel blanco en las jarras laterales, orquídeas blancas en las jarritas delanteras y rosas blancas en las esquinas. Llamó poderosamente la atención el atavió de la Señora, que estrenaba nueva saya bordada en oro con sedas del siglo XIX sobre terciopelo de pana inglesa que fue acompañada de un corpiño a juego y que hizo que el bello rostro de la Imagen no necesitara más que una sutil blonda alrededor de su bendito rostro, todo ello rematado de un puñal plateado con piedras engastadas. A todo ello se le sumo también la novedad de la eliminación de las estrellas de la corona de salida, y del manto bordado de vistas que lucía sobre sus hombros la Santísima Virgen. Por sexto año consecutivo, la Banda de Música de Ntra. Sra. de Guaditoca de Guadalcanal puso la nota musical, trayéndonos grandes momentos como los de la entrada a los sones de «Madrugá de Canela y Clavo», marcha que se incorporaba este año al repertorio musical de la Señora, o el paso por la calle Deanes a los sones de «Soleá Dame la Mano».

Un nuevo inolvidable Viernes Santo que quedará en nuestras memorias durante todo el año y que nos hará recordar los bellos momentos mientras esperamos un nuevo Viernes Santo, que en esta ocasión, tardará algo más en llegar.